Tras dejar atrás el puerto de Competa,
con un último (de momento) vistazo al cerro de la Mota y al Lucero,
comienzo a ascender
ganando altura sobre los tajos de las Chapas
para dirigirme hacia el Collado del Carnero.
Aunque primeramente habrá que atravesar un bosquecillo de pinos,
Una vez sobre los tajos, el camino es bastante penoso,
ya que es pedregoso en exceso,
hasta llegar al collado, y atravesar el bosque de escuálidos pinos, por donde no hace mucho pasé con la bicicleta con todo lleno de nieve.
A mi derecha el Barranco de Valdeinfierno
y el cerro Malascamas
a la derecha, al fondo muy lejos, mi destino, Torre del Mar,
aun no me imaginaba lo que me esperaba para llegar hasta allí.
en cualquier caso, primero quería llegar hasta las inmediaciones de la Maroma, al fondo.
Una vez en las llanadas,
decido no bajar directamente a Sedella
sino seguir ascendiendo
por el sendero que va de las llanadas
hasta la Tacita de Plata.
Primeramente toca perder algo de altura
por una zona de calizas blancas
para una vez pasada ésta fuente
comenzar con el zigzag de ascenso
que me lleva hacia la otra vertiente de la loma
y por un cómodo sendero
llego enseguida a la famosa fuente.
Desde aqui, sigo ascendiendo hacia el Tajo Volaero.
desde donde se descuelga uno de los senderos más vertiginosos de la provincia.
De forma inverosimil el sendero desciende serpenteante por el tajo
para ascender hasta cerca de la cima del Fuerte de Sedella
y continuar con la vertiginosa bajada
hasta enlazar con la pista forestal. Quedando aún varios centenares de metros de descenso
hasta en mi caso,
el área recreativa de Sedella
por donde bajo hasta el límite del Parque Natural, saliendo a la carretera que une Sedella con Canillas de Aceituno.
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