martes, 30 de junio de 2015

Garganta Verde

 Desde la covacha conocida como "La Ermita" comienza el descenso del cañón de La Garganta Verde
 ya llegando a éste punto de inicio se puede contemplar la grandiosidad del paraje donde nos encontramos
 las altas paredes hacen que parezcamos tan poca cosa,
 mientras, de la bóveda de la ermita gotea agua, nos tomamos alguna barrita y nos hidratamos,
 para equiparnos a continuación
 y comenzar a caminar hacia el interior de la garganta, que nos espera con éste "puño"
 para tras un poco de progresion horizontal, y algunos destrepes
 llegar al primero de los rápeles
 donde bajamos al hueco entre la pared y esa roca empotrada
 en breve, alcanzamos el segundo rápel, con un delicioso baño de agua con cierto bouqué a huevo podrido
 aun asi, descendemos y cruzamos el aromatico charco
 Al segundo rápel le sucede un tercero, con un poco de volado por el lado donde lo hicimos,
 y que a algunos les costó un poco más de la cuenta
 Pasamos a continuación a un tramo de progresión mas horizontal,
 donde se suceden tramos llanos, con destrepes,
 zonas más abiertas, con encajonamientos brutales
 ahora toca cruzar otro charco, algo más limpio
 y con bonitas formaciones
 durante el trayecto, encontramos en diferentes puntos hasta tres cabras muertas, con el consiguiente mal olor durante varios cientos de metros
En ésta foto,  un fósil de una concha que un compañero localizó en una de las rocas,
 El cañón vuelve a cerrarse,
 a abrirse,
 y cerrarse de nuevo
 y tras un rato caminando,
 llegaremos al último de los rápeles
 donde pasando por la derecha, evitaremos mojarnos por encima de los tobillos
 ya la noche se nos echa encima
 hemos superado todos los rápels
 y en la oscuridad, Angel encuentra este tremendo sapo
 Llegamos ya al último tramo, donde el arroyo Bocaleones termina su periplo subterraneo, para salir a la superficie
 y acompañarnos hasta el final del recorrido.
 Ya por aqui, caminamos con los frontales encendidos
 refrescándonos en algunos lugares, hasta casi el cuello,
 en unas aguas tan gélidas como cristalinas
 una fotillo con casi todo el grupo
 y terminamos las zonas angostas
 para pasar a un bosque de galería
por donde caminamos unos centenares de metros, hasta pasar bajo el antiguo puente romano, y salir del agua unos metros pasado éste.

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