viernes, 23 de enero de 2015

Maroma. Ruta Circular Invernal

 Bonita ruta circular, de esas que quedan en la memoria por mucho tiempo
 en estupenda compañía, saliendo desde una pista que encontramos
 un poco antes de doblar hacia el área recreativa El Río,
 y siguiendo el camino
 como ya hicimos Eduardo, Fabiola y yo el año pasado
 en la travesía Almijara 2014,
 una vez tomamos el sendero,
 comenzamos a pisar nieve,
 asi que en mi caso, cambio de calzado, sacando las botas de alta montaña
 y las polainas,
 ya que a partir de aqui no saldremos de la nieve hasta el collado de las víboras
 alcanzamos el collado de la torrecilla
 para a continuación dirigirnos hacia la izquierda del arroyo de la Cueva de don Pedro
 en su parte más alta
 poco antes de volver a cruzar el arroyo, pasamos la boca de esta cavidad
 tras cruzar el arroyo
 ascendemos hasta enlazar en la Proa del Barco con el sendero de Canillas
 por donde el tránsito se hace de forma más cómoda
 por lo menos mientras caminamos por el sendero más marcado
 con unas vistas impresionantes
 y el mar y Velez Málaga al fondo
nos aproximamos al punto clave, 
 aqui el viento nos azota sin piedad, la nieve se levanta y nos golpea, y se cubre de nubes
 alcanzando la cima en un momento de claro, pero sin clemencia por parte del viento
 que hace que la estancia en la cima sea muy breve
 enseguida comenzamos el descenso
 que al transcurrir por la cara norte,
 se presenta con una inmensa cantidad de nieve,
 lo que dificultará enormemente la progresión
 y endureciendo más aún el recorrido
 nos encaminamos hacia este bosquecillo
 pasando zonas donde la nieve nos llega por encima de las rodillas
 Afortunadamente Paco Leal me relevó en ésta parte del descenso abriendo camino
 hasta alcanzar ésta fuentecilla
 a partir de aqui, vuelvo a tomar la cabeza del grupo
 aunque éste se fraccionará un poco
 ya que el bosque, que parece sacado de Narnia,
 incita a pararse y deleitarse haciendo fotos
 pero el tiempo corre, son mas de las 16:30 y no conviene que nos coja la noche con nieve
 asi que prosigo abriendo camino
 a la derecha, el cerro donabuelo
 y por delante, un tramo largo de nieve prácticamente virgen
 en la que estoy a punto de lesionarme una rodilla al trabarme con la nieve que casi me cubria 3/4 de la pierna
 por suerte, queda en solo un susto, y proseguimos
 descendiendo hacia el collado de las víboras
 cruzandonos con algunas cabras montesas
 y parando a tomar un bocado mientras llega el resto del grupo
 con las últimas luces del atardecer
 En éste punto, y ante la inminente escasez de luz descendemos por la pista hasta el Alcazar
 donde terminamos la ruta, y recibimos el adiós por parte del comité de despedida
 un zorrillo que comió de mi mano, de la de  Romualdo, y de la del doctor Leal,
que le aplicó un tratamiento a base de vitaminas y minerales

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