domingo, 20 de febrero de 2011

La Maroma, 2065msnm, techo de Málaga desde el Robledal

Domingo 20 de Febrero de 2011, nos encontramos en la Alcaiceria, Paco Jaime, el sabio de Hortaleza, Herminia, A meiga das rias Baixas, Juan Carlos y Paqui, el portador del anillo y la reina del chocolate, Eduardo, el padre Carras, Silvia, Sylvestre, y yo mismo, Corsario de la Almijara, que ante la presumible última nevada de la temporada invernal, propuse ésta ruta, inédita para mi y algun otro compañero, a lo que además de hollar el techo de Málaga, se unia el primer contacto con la nieve en ruta.
La subida desde el Robledal es la más sencilla de las que hay para acceder a la Maroma, primeramente vamos ascendiendo por una pista forestal, que termina dando lugar a un sendero que durante un buen tramo se empina bastante, y nos hace empezar a sudar, e ir soltando capas.
Ya que íbamos bastante abrigados, y es que, aunque la previsión anunciaba mejoría del tiempo a lo largo del dia, comenzamos la ascensión con muchas nubes, la cima cubierta, y un viento racheado que dificultaría en muchas zonas el avance del grupo.
Ya desde un principio, la idea de que no llegariamos a la cima por las circustancias meteorologicas, me iba rondando, pero aún no sabíamos que encontraríamos allí arriba.
De momento, de nieve nada, solo a partir de la mitad de la subida comenzamos a andar por la nieve, que para los que no la conozcan, resultó ser blanca y fria :p

Los crampones no nos los pusimos aun, ya que los entendidos en el tema que nos acompañaban, no lo veian necesario aún, y solamente llegando a los tejos del salto del caballo nos los enfundamos.
La ruta estaba siendo toda una experiencia, cargada de novedades, la nieve, los crampones, andar como patos,... y poco a poco nos íbamos acercando a la cima, y a las nubes.
El hecho de que Juan Carlos llevase el GPS, estupendo para ocasiones como éstas, hizo que a pesar de la niebla viese el cielo abierto.

Una vez pasado el Salto del Caballo, y tomado dirección Sur, hacia los tajos, la nieve fue desapareciendo en alguans partes completamente, ya que estábamos en la parte Sur, y entre la
la lluvia del dia antes, y el fuerte viento, habían hecho desaparecer gran cantidad de nieve.

Aún asi, en breve, y ya sin crampones, nos volveriamos a meter en nieve, y hasta la cintura, jugandonos alguna mala pasada, ya que estaba muy blanda, y debajo, teniamos un pedregal, por lo que más de uno nos llevamos algún golpe por las piedras ocultas.

Finalmente, a pesar de las adversas condiciones, especialmente el viento que soplaba con gran fuerza, y nos llgaba casi a  tumbar, fuimos ascendiendo por el último tramo hasta alcanzar el vértice geodésico, donde nos esperaba desde lo alto el padre Carras.
La verdad es que habia que echarle huevos para subir con el viento, pero como era normal, los novatos de la maroma, tuvimos que subir, unos más agarrados que otros.

Tras alcanzar la cima, y subir al vértice, a abrigarse, fotos de grupo, y rápidamente y sin más dilaciones, a comenzar el regreso, ya que no estaba el dia como para comer en la cumbre.
Mientras nos afanabamos en las fotos y los breves preparativos, llegó a la cima otro grupo de senderistas, de Fuengirola, uno de ellos, iniciandose en el tema, y al que simpáticamente bautizaron como comando croqueta.

Fue dejar la cima, emprender el regreso, y empezar a abrirse grandes claros en el cielo, dejando ver a nuestros pies los pueblos de Sedella y Salares en primer plano, y todos los montes de la axarquia hasta el Mediterráneo.
Canillas de Albaida, Cómpeta, Árchez y Sayalonga hacia el este, y toda la Sierra Almijara que  aparecían y desaparecian entre las nubes.
Pudimos comer algo donde la tacita de plata, ya que una loma se interponia entre el viento y nosotros, allí, con éstas vistas almorzamos, acompañados del vino ecológico y rondeño que trajo Herminia, y que hizo las delicias de todos, animando gratamente la bajada hasta los coches.

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