sábado, 11 de septiembre de 2010

rio chillar express. cortijo del iman

¿Que hacer si se aburre uno un fin de semana de septiembre, cuando el calor aún aprieta?
Nada más fácil que coger el coche e irse a Nerja, al Rio Chillar, y acercárse por primera vez al aislado Cortijo del Imán, para conocerlo de primera mano.
Asi que a las 4 de la tarde, dejaba el coche aparcado junto al cauce del rio, y empezaba a remontarlo, para poco antes de llegar al salto de agua, de la fábrica, coger el empinadísimo sendero que me dejó a la altura de la famosa acequia.
Son 6 km de acequia, por los que si no me crucé con 50 excursionistas, no me crucé con ninguno. Y es que el rio Chillar está demasiado masificado, siguiendo el cauce, a parte de tardar más, me hubiese
cruzado con centenares.


A medida que llegamos al final de la acequia, podemos observar como el valle se va ensanchando, dejando el alto de la Graza a la izquierda, y llegando en poco más de hora y media a la altura de la casa de la presa, desde la que continuaremos por el cauce del río durante un kilómetro, y ya sin más presencia humana que la propia, ya que desde la presa, la gente no suele seguir cauce arriba.

AL kilometro, dejando el Cerrajón, un pequeño cerro puntiagudo, que sigue con un collado que parece una silla de montar, tomamos el sendero del cortijo, que, ya desde su inicio se muestra reacio a dejar pasar a nadie, ya que las zarzas dificultan el paso.
Después, ya no serían las zarzas, sino toda clase de matorrales y pinchos habidos y por haber, que hacían del sendero un infierno, ya que el desnivel era bastante cómodo, pero mi cara, lo decia todo, y es que estaba con los brazos llenos de arañazos y pinchos.
Detrás mia se veia ya el destino de tan alocada escapada.
Del Cortijo del Imán, del cual, desconozco el origen de su denominación, se dice que está ubicado en el único lugar colonizable del alto Chillar, y es que los enormes tajos a la derecha, los cahorros del iman a la izquierda, y más allá las inexpugnables paredes de la cara este del cisne, hacen de la pequeña llanura donde se asienta un lugar privilegiado, donde fue construida esta edificación, de considerable tamaño, de la cual, se conserva aún intacto el horno, y se aprecia el trazado de la era. Mi intención era pasar alli la noche, pero negros nubarrones se cernían sobre el almendrón, y una fina llovizna comenzó a caer.
Para más inri,se escuchaba el run run de cientos de abejas y avispas, éstas últimas se afanaban en devorar los restos que algunos insensatos habían abandonado dentro de las ruinas del cortijo en alguna visita previa, y como todo estaba en contra, incluso la hora, ya que eran las 7 de la tarde, pero éste último era el factor menos preocupante, ya que podia hacer noche en la casa de la presa o en un momento dado, estrenar el frontal y regresar al coche.
Una vez de regreso en la casa de la presa, decidi, ya que aun eran las 8 de la tarde, que si regresaba por la acequia, tendría mas luz que por el cauce, y aunque se me hiciese de noche, el terreno seria más favorable que las piedras humedas del rio y los pies chorreando. Asi hice, y faltando dos kilometros para terminar la acequia, y bajar al ultimo tramo de rio, me quedé definitivamente a oscuras, solamente inluminado por el haz de luz que emanaba de mi frontal.

Por lo menos antes de quedarme a oscuras, pude disfrutar de un estupendo atardecer sobre la sierra de ennmedio, y ya en la oscuridad, fui sobresaltado por 4 cabras montesas, que al verme salieron barranco abajo buscando refugio. En el silencio de la noche, se escuchó también el gruñido de algún jabalí por el fondo del valle.
Cuando por fín termino la acequia, me esperaba un dificil descenso por la empinada senda, que pude solventar con no demasiadas complicaciones.
Fue ya en el terreno más llano cuando un tirón muscular me hizo ver las estrellas, mientras a lo lejos, sobre el mar, una tormente descargaba agua, y mostraba el resplandor de los relampagos.
Finalmente, pude llegar al coche sin probemas, tras un pequeño masaje en el gemelo, y todo por saltar
para intentar no mojarme los pies, la próxima vez no seré yo el que salte ;)

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